Amigdalitis
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Las amígdalas son masas de tejido linfoide esponjoso en forma de almendra, son un reservorio de linfocitos B, dos de ellas están ubicadas en la entrada de la faringe, son las denominadas amígdalas palatinas, hay una a cada lado ubicadas por debajo del paladar blando y por encima de la base de la lengua, adicionalmente existe una amígdala ubicada en la parte trasera de la lengua conocida como la amígdala lingual.

¿Qué es la Amigdalitis?

La amigdalitis es un proceso febril de características agudas que cursa con inflamación de las mucosas circundantes, esta mucosa puede observase enrojecida, con exudado y con presencia de ulceraciones o vesículas.

La amigdalitis usualmente se genera por la presencia de virus y bacterias normalmente presentes en la flora bacteriana bucal, las bacterias más frecuentemente responsables de la aparición de amigdalitis son del grupo de los estreptococos

¿Cuáles son las causas de la Amigdalitis?

En principio es importante saber que el descenso de la temperatura ambiental favorece la aparición de amigdalitis, de allí que en primavera e invierno se incrementen la cantidad de personas afectadas. Los adenovirus son responsables de gran cantidad de casos, también las bacterias lo hacen.

La transmisión por lo regular se efectúa por vía aérea en el sistema respiratorio, esto ocurre por la inhalación de pequeñas gotas de saliva que quedan en el ambiente cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, estas contienen las partículas del virus o las bacterias y al entrar en contacto con el aparato respiratorio del huésped lo infectan.

Está demostrado que también existen otras vías de entrada al cuerpo y es mediante alimentos o agua contaminada y que así mismo se propaga por el contacto con las manos de personas infectadas u objetos que contengan los agentes patógenos.

¿Cuáles son los síntomas de la Amigdalitis?

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Los síntomas de la amigdalitis suelen ser de inicio brusco y acompañados de fiebre, son característicos el dolor de garganta que puede estar asociado a dificultad y dolor para deglutir.

El paciente puede referir la presencia de dolores musculares, dolor de oídos y/o a nivel de la nuca que facilita la aparición de cefaleas y dificulta el movimiento de rotación del cuello, también se reportan nauseas, emesis y dolor en el área abdominal.

Puede observarse un enrojecimiento difuso de la piel, también es común encontrarse la faringe y la úvula inflamadas, por lo regular hay una hipertrofia del tejido linfoide hacia la parte posterior de la faringe.

Las amígdalas están eritematosas, producen un exudado pultáceo que se disgrega fácilmente con una coloración entre amarilla y blanca, en el paladar blando, la úvula y/o en la faringe posterior se observan zonas con petequias, existe un característico aliento fétido y hasta en el 60% de los casos se detecta el crecimiento de los ganglios linfáticos a nivel de las zonas mandibular y cervical, por lo general dolorosos al tacto.

¿Cómo se diagnostica la Amigdalitis?

El diagnóstico de la amigdalitis se lleva a cabo por dos vías, la primera es realizada durante la consulta médica y la inspección física del paciente. Se procede a la exploración, auscultación y observación del estado general del enfermo.

Aquí se visualiza el interior de la boca poniendo énfasis en el estado de la garganta, se realiza la palpación de los ganglios mandibulares y cervicales, los cuales se encuentran aumentados de volumen y sensibles al tacto. La segunda vía de diagnóstico busca complementar el examen inicial.

Esto se hace en algunas ocasiones y dependiendo de la gravedad del caso, se procede a realizar un estudio hematológico, el mismo puede acompañarse de una toma de muestra del exudado de las amígdalas para llevar a cabo un cultivo que indique que tipo de germen es el causante de la amigdalitis y cuál es el antibiótico especifico al que es sensible.

¿Cuáles son los Tratamientos recomendados?

Con la finalidad de abordar estas afecciones el médico dispone de dos vías de tratamiento: el etiológico y el sintomático. Por lo general el primero se emplea para tratar las amigdalitis bacterianas y el segundo para las virales.

En cuanto al tratamiento etiológico el mismo está constituido por los antibióticos que reducen las colonias bacterianas específicas, por lo general se trata de moléculas de la familia de las penicilinas, en caso de presentarse alergia o resistencia al grupo de las penicilinas el antibiótico a emplear es la eritromicina.

Si adicionalmente también hay resistencia a este último, siguen en orden de elección las cefalosporinas de primera generación, los lincosanidos y de presentarse infecciones por estreptococos recurrentes el antibiótico estrella es la combinación de amoxicilina con ácido clavulánico.

Mientras continúe el proceso inflamatorio y con la finalidad de disminuir un poco el dolor faríngeo se recomienda que se ingieran alimentos blandos y aumentar el volumen de líquidos, no son recomendables los cítricos pues por su efecto astringente resultan irritantes de la mucosa oral inflamada, el médico recomendará evitar el consumo de alimentos picantes, tabaco, alcohol y comidas calientes. Es recomendable estar en ambientes aireados donde no existan cambios bruscos de temperatura.

El tratamiento eminentemente sintomático se prescribe cuando no hay fiebre, los ganglios están normales y son leves el dolor y el enrojecimiento, cuando el curso de la amigdalitis es de pocos días, hay ausencia de placas blanquecinas y cuando no existan problemas adicionales como sinusitis u otitis.

Este tratamiento sintomático incluye analgésicos, antiinflamatorios, antipiréticos en tabletas y la aplicación local de soluciones antisépticas, anestésicas y sedantes. Pueden ser soluciones líquidas empleadas como enjuagues bucales o gargarismos, también resultan útiles los aerosoles o las soluciones para aplicación local.

La amigdalitis es una enfermedad común que debe ser tratada a tiempo para evitar posibles complicaciones, las mismas pueden ir desde una otitis hasta una septicemia en los casos más complicados, si usted tiene alguna sospecha de que padece de amigdalitis, o presenta algún síntoma, debe acercarse a su médico.

En el caso de que usted desee agendar una Consulta con el Dr. Rafael Revilla Herrera, Cirujano Otorrinolaringólogo en Veracruz, no dude en enviarnos un mensaje a través del formulario de contacto. El Doctor Revilla se especializa en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la amigdalitis.

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